„La pala­bra debe ser como una pupila“

La poeta española Trinidad Gan habló con Nicola Quaß sobre su poesía y el lenguaje como un medio de trascender las barreras lingüísticas. Entrevista:

La poeta Trinidad Gan. Derechos de imagen: Trinidad Gan

Tu poe­ma Wör­ter­bü­cher (Dic­cio­na­rios), que es tam­bién el títu­lo de tu colec­ción de poe­sía publi­ca­da en 2019 por la edi­to­rial hochroth Hei­del­berg, tra­ta sobre el len­gua­je y su fra­gi­li­dad. ¿Qué sig­ni­fi­ca­do tie­nen para ti las pala­bras en el pro­ce­so de crea­ción de un poe­ma? ¿En qué momen­to la pala­bra se abre y pasa a for­mar par­te del espa­cio poé­ti­co con sus vacíos y significantes?

Siem­pre he pen­sa­do que la pala­bra debe ser como una pupi­la que se dila­te al roce de la reali­dad y que la tarea del poe­ta es hacer una escri­tu­ra caza­do­ra, una bús­que­da siem­pre al ace­cho de lo que está detrás de lo visi­ble, de lo ocul­to tras de lo coti­diano. Por eso cuán­do tomo nota del pri­mer esbo­zo de un poe­ma me dejo lle­var por imá­ge­nes más que por ideas, tra­zos visua­les que tra­to de hacer más níti­dos (aun­que tam­bién más suge­ren­tes para el lec­tor) a tra­vés de las pala­bras y de su res­pi­ra­ción en el poema.

¿Cómo tie­ne que ser una pala­bra para que se inclu­ya en tus poemas?

Cada pala­bra apa­re­ce como un cuer­po (pues res­pi­ran, laten, car­gan con sus silen­cios y me mues­tran, al ele­gir­las final­men­te, su pro­pio peso y piel). Me apo­yo tam­bién mucho en la ora­li­dad que es esen­cia ori­gi­na­ria de la poe­sía. Sue­lo leer lo que escri­bo en voz alta para mí y muchas veces me sor­pren­do cuan­do, en el poe­ma, el sig­ni­fi­can­te aca­ba des­nu­dan­do al sig­ni­fi­ca­do igual que ocu­rre en la música.

Siem­pre que leo ese poe­ma me eri­za la piel. Tam­bién leo las líneas como un lla­ma­mien­to a la huma­ni­dad para que no se atrin­che­re en su pro­pio voca­bu­la­rio, sino para que entien­da el len­gua­je como un medio de tras­cen­der las barre­ras lin­güís­ti­cas, lo que per­mi­te un enten­di­mien­to más allá de las pala­bras y las fra­ses. ¿Qué situa­ción o sen­ti­mien­to deto­nó la escri­tu­ra de este poema?

Más allá de la anéc­do­ta que dio pie a su escri­tu­ra (fue un encuen­tro inter­na­cio­nal de poe­sía en el que me sen­tí toca­da por la lec­tu­ra de un poe­ta que no cono­cía, que habla­ba en una len­gua que yo no podía enten­der) el sen­ti­mien­to que ori­gi­nó este poe­ma fue el de sen­tir que el poe­ta lle­va con­si­go una doble iden­ti­dad de extran­je­ro y tes­ti­go. Pen­sé enton­ces que el poe­ta es muchas veces un extran­je­ro de sí mis­mo y del mun­do, alguien que se extra­ña y bus­ca en la luz y la luci­dez de las pala­bras un poco de orden al caos inte­rior, algo de belle­za en el caos del mun­do que le rodea.

Los dic­cio­na­rios son, ante todo, herra­mien­tas para tra­du­cir un tex­to a otra len­gua, siem­pre con el peli­gro de que cam­bien los sig­ni­fi­ca­dos, de que haya malen­ten­di­dos. ¿Has­ta qué pun­to con­fía en la efi­ca­cia de la poe­sía más allá de su área lin­güís­ti­ca, por ejem­plo, en una tra­duc­ción de poesía?

Para mí la tarea del tra­duc­tor es casi la de un funam­bu­lis­ta cami­nan­do en peli­gro­so equi­li­brio entre dos ori­llas que se vuel­ven pre­ci­pi­cios muchas veces. Es una labor que siem­pre he admi­ra­do mucho y por eso mis­mo en las pocas oca­sio­nes en las que he inten­ta­do tra­du­cir a otros poe­tas (más con mi esca­so baga­je de otros idio­mas) me ha resul­ta­do extre­ma­da­men­te difícil.

¿Cuál es la fas­ci­na­ción de una tra­duc­ción para ti?

Hay un poe­ma de mi libro Papel ceni­za (edi­to­rial Val­pa­raí­so, 2014), titu­la­do Tra­duc­cio­nes, en el que lle­go a defi­nir­las, des­de mis pro­pios inten­tos, como un jue­go de más­ca­ras, no sin antes hablar de la rique­za y asom­bro que me aportaron:

Du durch­querst den Wald der Sei­ten
und ein Wort, eine erho­be­ne Men­ge,
bringt die Lip­pen eines Frem­den an dei­ne Lip­pen.

Wie kön­nen wir mit die­ser vagen Musik,
die in der Fer­ne klingt, wie in Träu­men, ver­su­chen,
ande­re Kno­chen zu durch­boh­ren, ande­res Chaos
in ande­ren Tex­ten bren­nen, ohne sie zu ver­letzen?
Und wie hebt man frem­de Asche auf,
wenn man sie hin­terher als eige­ne erkennt? 

Cru­zas el bos­que de las pági­nas,
y una pala­bra, alza­da muche­dum­bre,
acer­ca has­ta tus labios los labios de un extra­ño.

¿Cómo inten­tar con esta vaga músi­ca
que sue­na en leja­nía, como en sue­ños,
tras­pa­sar otros hue­sos, otro caos
ardien­do en otras letras, sin herir­lo?
¿Y cómo reco­ger esa ceni­za aje­na
si des­pués, con asom­bro, la reco­no­ces tuya? 

El poe­ma trans­mi­te una gran humil­dad ante el mate­rial poé­ti­co que está arrai­ga­do en el idio­ma de origen.

Afor­tu­na­da­men­te, esta impre­sión de inse­gu­ri­dad y rece­lo hacia las tra­duc­cio­nes des­apa­re­ció com­ple­ta­men­te cuan­do empe­za­ron a tra­du­cir mis poe­mas, cuan­do encon­tré a Geral­di­ne Gutié­rrez-Wien­ken y a Mar­ti­na Weber que me rega­la­ron la exce­len­te tra­duc­ción al ale­mán de mis poe­mas reco­gi­dos en „Wör­ter­bü­cher“ y tam­bién con el encuen­tro de algu­nos tex­tos míos tra­du­ci­dos al ita­liano por los poe­tas Ales­sio Bran­do­li­ni y Gio­van­na Zunica.

Siga­mos con el poe­ma Dic­cio­na­rios. La últi­ma estro­fa dice:

In einem kal­ten Regen erkann­te ich
die gemein­sa­men Wur­zeln unse­rer Wör­ter­bü­cher,
ich spür­te, wie sie sich ver­misch­ten, und es glüh­te
ein Echo: die Ein­sam­keit zweier Stim­men
auf­geho­ben in ihrer Verbindung.

Bajo la llu­via fría vi mez­clar­se
las raí­ces comu­nes de nues­tros dic­cio­na­rios
Y ya solo escu­ché arder un eco:
Dos voces con­ju­gan­do la sole­dad vencida.

El poe­ma adquie­re aquí un toque muy per­so­nal. Tam­bién es un poe­ma de amor. Cuan­do escri­bió el poe­ma, ¿pen­sas­te tam­bién en los muros de su pro­pia lengua?

Toda obra poé­ti­ca es per­so­nal, es decir, nos tras­la­da siem­pre al ima­gi­na­rio, a la hue­lla ideo­ló­gi­ca y la edu­ca­ción sen­ti­men­tal pro­pia de su autor. Pero sien­to que, como poe­ta, no pue­do menos que res­pon­der con el com­pro­mi­so de mi mira­da (des­cen­trán­do­la de mí mis­ma y tra­tan­do de reba­sar los lími­tes de mi len­gua con una pala­bra que se abra siem­pre hacia los otros) y así, mos­trar las grie­tas de la socie­dad, hacer res­ca­te de todo aque­llo que resul­ta esen­cial para el ser humano, lo que pare­ce que esta­mos tan a pun­to de per­der: la liber­tad com­par­ti­da y la con­vi­ven­cia en jus­ti­cia e igualdad.

¿Dirías que la poe­sía es tam­bién un medio ade­cua­do para lle­var un men­sa­je al mundo?

El ofi­cio del poe­ta es algo soli­ta­rio, pero el poe­ma es un espa­cio abier­to a los encuen­tros, un lugar que nace para hacer más habi­ta­ble la incer­ti­dum­bre y el dolor.

Algu­nas per­so­nas ven la músi­ca como una espe­cie de len­gua­je uni­ver­sal que es enten­di­do por todos los pue­blos por­que habla direc­ta­men­te a las emo­cio­nes. La pin­tu­ra y la foto­gra­fía tam­bién se las arre­glan sin tra­duc­ción. ¿Sien­tes a veces que el hecho de estar rele­ga­da a una len­gua es un obs­tácu­lo para su pro­pia posi­bi­li­dad de expresión?

No, no creo que el uso de un solo len­gua­je exclu­ya las posi­bi­li­da­des expre­si­vas, pero pue­de limi­tar­las de algu­na mane­ra. Me habría encan­ta­do tener más domi­nio de otras muchas len­guas y, de hecho, sue­lo tra­tar de leer siem­pre poe­sía en edi­cio­nes bilin­gües, inclu­so aun­que no conoz­ca el idio­ma del autor que leo.

Ade­más de la afir­ma­ción semán­ti­ca, los poe­mas viven de su soni­do, que pre­va­le­ce en un len­gua­je que uno no entien­de. ¿Dirías que esta fal­ta de com­pren­sión del poe­ma en len­gua extran­je­ra tam­bién ayu­da a que el poe­ma sea tan­gi­ble más allá de la com­pren­sión intelectual?

Afor­tu­na­da­men­te, los poe­tas siem­pre nos lee­mos unos a otros (y nos escu­cha­mos en los encuen­tros, y ahí la musi­ca­li­dad inhe­ren­te al acto poé­ti­co gana su mejor baza) más allá de las fron­te­ras, de los gru­pos, de las gene­ra­cio­nes, por­que la poe­sía es una expe­rien­cia, tan­to en escri­tu­ra como en lec­tu­ra, inte­gra­do­ra, crea­do­ra de mes­ti­za­jes y de rique­za per­so­nal, por tanto.

La des­pe­di­da, la sepa­ra­ción, la pér­di­da… pare­cen ser temas que reco­rren tus poe­mas. Pero al mis­mo tiem­po, siem­pre reco­noz­co una voz fuer­te y posi­ti­va que impul­sa, anima.

Wage es, die bei­den Sei­ten zu betre­ten,
die des Lichts und die des Dunkeln.

Atré­ve­te a pisar en ambos lados,
en su cara de luz, tam­bién en su tiniebla.

Así reza un ver­so de su poe­ma „Ceni­zas“ ¿Voy dema­sia­do lejos si digo que los poe­mas tam­bién tra­zan la extra­ñe­za que hay en cada uno de noso­tros y que des­en­ca­de­na ese males­tar que a veces tememos?

El inte­rro­gan­te que más me acu­cia cuan­do escri­bo par­te de mi extra­ñe­za ante ese espe­jis­mo del yo (más, un yo-mujer). Pero la poe­sía no res­pon­de nun­ca, no te hace due­ño de nin­gu­na cer­te­za, arro­ja suce­si­vas preguntas.

Si la poe­sía no da res­pues­tas, ¿en qué espa­cios pue­de entrar?

En cier­to modo, escri­bir poe­sía para mí es una for­ma de vivir en la duda, en un cons­tan­te insom­nio para final­men­te des­per­tar, no sabien­do qué sea y para qué sir­va la escri­tu­ra. Tra­to de bus­car en ella un terri­to­rio de equi­li­brios y for­ta­le­zas des­de mi con­di­ción de mujer y de con­ju­gar tam­bién esos suce­si­vos yos que veo habi­tar­me y que con­for­man mi memo­ria y mi mira­da, siem­pre con la con­cien­cia de que somos fragmentarios.

De acuer­do a su bio­gra­fía, ten­go enten­di­do que tam­bién está muy vin­cu­la­da al tea­tro. ¿Tie­ne algu­na cone­xión entre este arte, posi­ble­men­te tam­bién como fuen­te de inspiración?

Decía Pablo del Águi­la, un poe­ta gra­na­dino que falle­ció muy joven y al que admiro:

Erst wenn man ent­deckt, dass Poe­sie eine Lüge im thea­tra­lischs­ten Sin­ne des Wor­tes ist, kann man anfan­gen, wir­klich zu schreiben.

Solo cuan­do uno des­cu­bre que la poe­sía es men­ti­ra en el sen­ti­do más tea­tral del tér­mino, pue­de empe­zar a escri­bir de verdad.

¿La poe­sía como men­ti­ra? ¿Cómo se pue­de enten­der esto?

Igual que ocu­rre en el tea­tro, hay siem­pre cier­to arti­fi­cio en el poe­ma. Inclu­so aquel que pare­ce des­nu­dar­nos con más inten­si­dad siem­pre es una pará­fra­sis de la reali­dad, don­de la anéc­do­ta per­so­nal es sólo un pun­to de partida.

Sí, pue­do seguir eso. Lo que nos lle­va de nue­vo a los espa­cios en blan­co. La poe­sía, con su esca­sez de pala­bras, pare­ce par­ti­cu­lar­men­te ade­cua­da para hacer­se con este esca­pe de la reali­dad y dejar que hablen a tra­vés de ella voces que son más que noso­tros mismos.

Por eso qui­zás, muchas veces, tien­do a cons­truir mis tex­tos levan­tan­do una esce­no­gra­fía con­cre­ta, dejan­do que el per­so­na­je poé­ti­co deam­bu­le por ella y mane­jan­do pla­nos y ángu­los de mira­da dis­tin­tos que crean casi esce­nas tea­tra­les con su nudo-des­en­la­ce. El poe­ma sería así una espe­cie de tea­tro ínti­mo en el que me expre­so bajo el dis­fraz de unos per­so­na­jes, asu­mo una voz-más­ca­ra o lle­go a des­do­blar­me en varias voces que dialogan.

¿Cómo lo haces?

Siem­pre he tra­ta­do de que sean poe­mas habi­ta­bles para el lec­tor, poe­mas que, par­tien­do de una anéc­do­ta leve, pro­pia o aje­na, ofrez­can otras mira­das sobre las rela­cio­nes huma­nas, sobre el deseo, el amor y el des­amor, sobre nues­tras ciu­da­des o nues­tra fragilidad.

Tri­ni­dad Gan


Tri­ni­dad Gan, nació en 1960 en Gra­na­da, Espa­ña, y estu­dió Filo­lo­gía His­pá­ni­ca en la Uni­ver­si­dad de Gra­na­da. Ha publi­ca­do varios volú­me­nes de poe­sía: Las señas del pira­ta (Cua­der­nos del Vigía, 1999); Fin de Fuga (Visor, 2008, XX. Pre­mio de Poe­sía Ciu­dad de Cáce­res); Caja de fotos (Rena­ci­mien­to, 2009, XII. Pre­mio Sur­cos de poe­sía); Papel ceni­za (Val­pa­raí­so, 2014) y El tiem­po es un león de mon­ta­ña (Visor, 2018, XX. Pre­mio Gene­ra­ción del 27).


Zona Libre

El via­je a un taller de tra­duc­ción y a la Feria del Libro en Buenos… 
Leer más

La nue­va casa

Invi­ta­da por el fes­ti­val Lati­na­le, nues­tra auto­ra via­jó a Ber­lín para acu­dir a un taller… 
Leer más

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *